martes, 24 de julio de 2012

PROFESORES UNIVERSITARIOS, LA NUEVA CLASE INDIGENTE DE VENEZUELA.

Antaño, ser PROFESOR UNIVERSITARIO constituía una meta ideal para cualquier venezolano que cursase estudios en una Universidad, tanto pública como privada, era significativo desde todos los ángulos: social, cultural y económico y si todos estos aspectos significaban para cualquier compatriota alcanzar metas sublimes  en el escalafón docente a nivel de educación superior, el aspecto económico indiscutiblemente que era llamativo para los recién egresados o para profesionales que con cierto tiempo de ejercicio, veían en el ambiente universitario un recinto de excelencia y de estabilidad personal y familiar.
De ahí salieron la gran mayoría de los profesores  que en todos los ambientes contribuyeron al mejoramiento de la sociedad venezolana, con la formación de los diversos profesionales que le dieron y le dan lustre a nuestra querida Venezuela.
Sin embargo con el salto atrás que nuestro país ha dado en estos últimos catorce años, los docentes universitarios nos hemos venido convirtiendo paso a paso en verdaderos indigentes, tan es así, que ningún profesional recién egresado manifiesta sus deseos de ingresar en el cuerpo docente de las universidades públicas, pues los sueldos no incentivan, por mucho que ame la labor docente,   a ningún profesional pues sería convertirse en indigente desde el inicio de su vida laboral, un docente de categoría mínima o sea INSTRUCTOR y con una dedicación máxima o sea DEDICACION EXLUSIVA, tiene un sueldo aproximado de Bs. 2.500,00  cantidad que no le permite ni siquiera la adquisición de la cesta alimentaria.
Si nos ubicamos en el estrato de los docentes que hemos  alcanzado la muy anhelada condición de EMERITOS, ahí si es como dicen en mi pueblo, hemos llegado al llegadero, pues un docente Jubilado en la máxima categoría y dedicación esto es TITULAR A DEDICACION EXCLUSIVA, recibe una pensión de aproximadamente Bs. 7.000,00, que una vez realizadas las retenciones para la Caja de Ahorros, Instituto de Previsión social y otras retenciones, cobra una cantidad que a duras penas alcanza para la compra de las medicinas de los tratamientos prolongados, entiéndase MANTENIMIENTO, puede imaginarse el lector las peripecias que tenemos que realizar para poder cubrir nuestras necesidades alimentarias y demás necesidades básicas para la supervivencia de  un ser humano, algunos tenemos la dicha de contar con descendientes que nos prestan gran ayuda, otros lamentablemente no, esta situación ha convertido el sueño de disfrutar los últimos años de nuestras vidas, en un verdadero calvario, lo que traducido al lenguaje coloquial, nos han convertido en verdaderos INDIGENTES.
Qué triste para la mayoría de nosotros que, después de darle toda una vida a la noble misión de la docencia, a la edad que logramos nuestra condición de Jubilados ya no es fácil conseguir nuevas fuentes de trabajo y mucho menos oportunidades de negocios por la misma disminución de nuestro poder adquisitivo, la merma de nuestras capacidades físicas y las amenazas del socialismo del siglo XXI contra los emprendedores de cualquier edad.

Ramón Daniel Contreras Barragán
Profesor Titular Jubilado de LUZ.
C.I. Nº V-1.904.851